Según el medio, la información robada incluye nombres, direcciones, números de teléfono y fechas de nacimiento, pero no datos de tarjetas bancarias.
La empresa admitió que detectó el acceso ilegal a sus sistemas en octubre pasado.
Japón vive una ola de ataques informáticos a los servidores de distintas compañías. Los ciberdelicuentes cifran los datos y exigen una recompensa para desbloquearlos.