La Cámara Cívica rusa debate actualmente los problemas relacionados con el alquiler de vientres en Rusia y el llamado turismo reproductivo.
La Cámara Cívica rusa preparó días antes un proyecto de resolución que prohíbe los servicios de gestación subrogada para los extranjeros y los ciudadanos solteros, así como veta la publicidad de la fecundación in vitro.
Según Zemtsov, el control estricto por parte de las autoridades resulta "totalmente justificado" en esa esfera.
El parlamentario propuso que el derecho a usar las nuevas tecnologías reproductivas por ley debe corresponder solo a los ciudadanos de Rusia "que se encuentran casados de manera oficial y que dieron su autorización mutua informada para la intervención médica".
Rusia todavía no tiene normativa que regule la gestación subrogada, pese a que esa actividad está oficialmente autorizada.