La fábrica en Fraga de la multinacional estadounidense Becton Dickinson, radicada en España desde 1977, será la encargada de producir los elementos necesarios para administrar las vacunas contra el COVID-19, principalmente las jeringuillas y agujas.
"La jeringuilla que distribuimos tiene fundamentalmente un uso fácil porque la cánula integrada permite una utilización más inmediata, es más simple formar al personal que la tiene que usar, y además dispone de un dispositivo interno en el pistón que permite el máximo aprovechamiento de la vacuna", explicó Javier Pardiño, director de la planta.
A juicio de Pardiño, la selección de este tipo de jeringuillas supondrá un ahorro económico para los compradores y una mayor eficiencia en la colocación de la vacuna.
"Si los viales son individuales, lo que vamos a hacer es sacarle el máximo partido a la vacuna con este tipo de dispositivos. Cuando los viales son multidosis, tras muchas dosis, lo que estaremos ahorrando es aproximadamente un quince por ciento en cada una frente a una jeringuilla normal, y eso hará que haya un ahorro", indicó.
La planta en Fraga de la multinacional estadounidense produce desde mediados de los ochenta jeringuillas y agujas de uso convencional y de seguridad, además de productos de inmunización para vacunaciones.
"Nosotros distribuimos productos a diferentes organismos, en su mayoría son gobiernos de países los que nos hicieron peticiones de productos, pero también organismos internacionales que dan apoyo a campañas de vacunación”, explicó Pardiño.
Y ahora que Europa se alista para iniciar en el 2021 el plan de vacunación contra el coronavirus, los trabajadores de esta fábrica en Fraga se preparan para cumplir con la demanda. Estiman que hasta 2021 producirán aproximadamente 500 millones de unidades.
"Como consecuencia de la demanda, hemos tenido que aumentar la capacidad de producción que incorporaremos en 2021 para ayudarnos a producir esos 500 millones que hemos mencionado", apuntó Pardiño.