Durante la excursión, el niño originario de la región de Tula se encontró con un oso panda y lo alimentó. También visitó una clínica veterinaria y con el panda llamado Zhuy diseñaron una camiseta: pintaron la prenda blanca con pinturas.
Luego recibió una llamada del presidente ruso. Muy emocionado y nervioso, le contó su experiencia y le agradeció por haberle cumplido su sueño.
"Buenas tardes... No, no lo he abrazado, dicen que no se puede… Muchas gracias a usted por haber cumplido mi sueño", dijo el joven Alexandr a Putin.
La historia empezó el 5 de diciembre cuando Vladímir Putin participó en una campaña de caridad navideña denominada Árbol de deseos. Su propósito es hacer realidad los deseos de niños huérfanos de 3 a 17 años, niños con enfermedades graves o de personas mayores gravemente enfermas.
El presidente eligió dos deseos, uno de los cuales ha sido el del chico de Tula, que tenía muchas ganas de abrazar a un panda, según el portal de la campaña.
Este fue el segundo deseo que cumplió el líder ruso a finales de 2020. El primero fue el de una veterana de la Segunda Guerra Mundial de 97 años que anhelaba hablar personalmente con Putin.