"Jefe, Brasil está quebrado y yo no consigo hacer nada", le dijo a un simpatizante a las puertas del palacio de la Alvorada de Brasil, su residencia oficial, según recoge el diario local Folha de Sao Paulo.
"Está ese virus, potencializado por esa prensa que tenemos, esa prensa sinvergüenza; es un trabajo incesante de intentar desgastar para echarnos de aquí [del Gobierno] y atender intereses de los medios", criticó el presidente.
Desde que es presidente, el líder brasileño suele culpar a la prensa, al Congreso Nacional o al Tribunal Supremo de poner obstáculos que le impiden gobernar.