"No nos vamos a rendir, nunca vamos a reconocer" el resultado de la elección presidencial, dijo el mandatario.
Trump también pidió a su vicepresidente, Mike Pence, que mande los votos electorales de vuelta a sus respectivos estados, para volver a certificar los resultados.
Luego de estas declaraciones, el vicepresidente se pronunció, afirmando que no tiene la autoridad para definir cuáles votos deben ser contabilizados y cuáles no.
Tras el comunicado de Pence, el presidente lo criticó, diciendo que "no tuvo el valor de hacer lo que habría que haber hecho" para proteger a EEUU.
El Congreso de EEUU había convocado para el 6 de enero una sesión conjunta para certificar los votos del Colegio Electoral.
Previamente, Trump habló con sus partidarios en un mitin cerca de la Casa Blanca, donde los instó a marchar para "luchar" por el resultado de la elección.
Tras el acto, cientos de partidarios del mandatario tomaron por asalto el Capitolio, obligando a la evacuación de los congresistas, enfrentándose a la policía y generando el caos en la zona.
Según informó la cadena de televisión NBC, una mujer murió a causa de un disparo durante los disturbios.