"La Unión Europea saluda las elecciones presidenciales ordenadas y bien administradas del 10 de enero de 2021 en Kirguistán, especialmente a la luz de los desafíos planteados por la pandemia del COVID-19", dice el comunicado del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE).
Al mismo tiempo agrega que "según los hallazgos preliminares y las conclusiones de la Misión de Observación Electoral Internacional Limitada de la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE/ OIDDH), hubo, sin embargo, un campo de juego desigual para los candidatos, abuso de recursos y violaciones de los procedimientos de campaña".
11 de enero 2021, 05:52 GMT
"La participación de votantes también fue relativamente baja. Las autoridades de Kirguistán deberían seguir mejorando la legislación nacional electoral aplicando las recomendaciones de la OSCE/OIDDH", añade la nota.
La UE también subrayó que "las elecciones presidenciales son un paso importante para devolver al país la estabilidad política".
"La Unión Europea mantiene su compromiso de apoyar a Kirguistán en la promoción del desarrollo social y económico, la buena gobernanza, el estado de derecho y la lucha contra la corrupción", precisó el SEAE.
Además, la UE llamó al futuro presidente "a trabajar con todos los sectores de la sociedad y seguir reforzando las obligaciones universales de Kirguistán con respecto a los derechos humanos y las libertades fundamentales, así como a respetar sus compromisos internacionales".
La UE también pidió que se celebren las elecciones parlamentarias lo antes posible.
El ex primer ministro Sadir Zhapárov se alzó con el triunfo en los comicios del domingo al conseguir casi el 80% de los votos, seguido del exdiputado Adaján Madumárov con el 6,69%. Los otros 15 candidatos se repartieron en su conjunto casi el 12% de los sufragios.
El domingo, los kirguisos también votaron en el referéndum sobre el sistema de gobierno, ganando por mayoría el presidencialismo.
La crisis política estalló en Kirguistán tras las elecciones parlamentarias de octubre pasado. La oposición acusó al Gobierno de falsear la votación. El presidente de entonces Sooronbái Zheenbékov dimitió para calmar las protestas.