"La ley que aprobamos combina audacia con prudencia, determinación con rigor, es la respuesta justa de la democracia a los fundamentalismos y estrategias de miedo con las que se pretendía condicionar este proceso legislativo", dijo durante el debate parlamentario el diputado José Manuel Pureza, del Bloco de Esquerda.
La votación salió adelante con 136 votos a favor, 78 en contra y 4 abstenciones. La mayor parte de los votos favorables procedieron del Partido Socialista —que gobierna el país— y de la joven formación progresista Bloco de Esquerra.
En cualquier caso, la votación sirvió para constatar la división de posturas al respecto. Varios diputados del Partido Socialista votaron en contra de la norma y dentro del conservador PSD —que se inclinó mayoritariamente por el rechazo a la ley— también hubo un número considerable de votos favorables.
Por su parte, el Partido Comunista se desmarcó de las otras formaciones de izquierda, votando en contra de la propuesta.
Durante el debate, más allá de los motivos éticos e ideológicos, algunos diputados criticaron que esta ley salga adelante justo ahora, cuando el Sistema Nacional de Salud se encuentra saturado por la incapacidad de controlar la pandemia de coronavirus.
"No es aceptable colocar la eutanasia cuando el Sistema Nacional de Salud está tan frágil", señaló Claudia Benito, del PSD.
Tras el trámite de este 29 de enero la ley queda en manos del presidente Marcelo Rebelo de Sousa, que puede elegir entre promulgar la norma, vetarla o enviarla al Tribunal Constitucional para su análisis.
Por ello, durante el debate hubo llamamientos expresos de los diputados a que el presidente de la República respete la voluntad de la mayoría parlamentaria.
"El proceso legislativo no termina aquí. Pero confiamos en que los próximos pasos estarán guiados por el mismo espíritu de tolerancia y respeto a la decisión libre e informada de cada uno que animó a la mayoría de este Parlamento", dijo José Manuel Pureza.
Si el presidente ratifica la ley, Portugal se convertirá en el cuarto país de Europa y el séptimo del mundo en despenalizar la eutanasia.