"Obviamente, estamos observando la situación muy de cerca con preocupación. Tenemos más de 2.500 personas en Birmania, tanto personal internacional como nacional, que prestan un apoyo humanitario y de desarrollo crucial al pueblo de Birmania en su búsqueda de la democracia, la paz, los derechos humanos y el Estado de derecho", dijo Dujarric.
El Ejército de Birmania dio un golpe de Estado el 1 de febrero por la mañana y detuvo a la consejera de Estado, Aung San Suu Kyi, al presidente, Win Myint, y a otros miembros de la Liga Nacional para la Democracia (LND).
Los militares anunciaron el estado de emergencia en el país por un año, prometiendo "tomar medidas" contra el presunto fraude electoral de los comicios generales del 8 de noviembre, en los que la LND, el partido de Suu Kyi, obtuvo una rotunda victoria.
Además, afirmaron que estaban comprometidos con el sistema democrático y prometieron celebrar nuevas elecciones justas una vez finalizado el estado de excepción.