El líder estadounidense, Joe Biden, pronunció el 4 de febrero un discurso en el que llamó a liberar al opositor ruso Alexéi Navalni, aseguró que la prolongación del Tratado START III con Rusia muestra su disposición a dialogar con los oponentes, pero prometió que Washington "obligaría a pagar" a Moscú por sus acciones, y tildó a Pekín de principal competidor.
"Biden no puede ignorar la situación política interna, era obvio que de alguna manera debía reaccionar ante ella. Pero está claro que Rusia no es la prioridad de su política. La principal tarea que formuló consiste en contener a China, su expansión y su poder geoeconómico", dijo Mezhúyev.
El profesor considera que "el plan estratégico de Biden es no dejar que Rusia se acerque a China, para dividir esta alianza, para que Moscú se encuentre más cerca de Europa y el Atlántico que de Pekín".
19 de enero 2021, 16:27 GMT
Según el experto, es necesario tener en cuenta la situación en que se encuentran las relaciones entre EEUU y Rusia, así como la existencia de un grupo político interno en Washington que no suavizará en absoluto su enfoque de Moscú.
"Si Biden muestra cierta debilidad hacia Rusia, los republicanos, que acaban de ser acusados de que su líder era un títere ruso, sin duda lanzarán con toda su energía una campaña antirrusa. Sin embargo, ahora yo no prestaría demasiada atención a esas duras declaraciones de política exterior, que seguirán, y tal vez vayan acompañadas de algunas acciones", afirmó.
El interlocutor de la agencia no descartó que, en este sentido, el 2021 sea un año difícil para Rusia, especialmente durante el período de la campaña electoral.
"La historia con la extensión de START III demuestra que, a pesar de toda esa retórica, a pesar del hecho de que habrá un rechazo ideológico de Rusia, no me parece que la lucha prioritaria de esta administración sea contra Rusia. (...) Porque comprenden que la alianza completa entre Pekín y Moscú contra Occidente no será beneficiosa para Occidente", resumió.