Los manifestantes, junto con miembros de los sindicatos y activistas climáticos, se enfrentaron con los agentes de Policía y cubrieron el edificio de Total con unos carteles.
"No, Total no será parte de la transición ecológica. Es una mentira", declaró el delegado de la Confederación General del Trabajo (CGT) de la refinería de Grandpuits, Adrien Cornet.
"Están recortando miles de puestos de trabajo en todas partes para asegurar sus ganancias, sin preocuparse por las familias ni por el medio ambiente", agregó Cornet refiriéndose a los 700 puestos de trabajo que están en riesgo debido a los planes de convertir la refinería en una plataforma cero-crudo.
En el marco de su iniciativa, Total no tiene previsto utilizar crudo de petróleo como materia prima y se centrará en la producción de biocombustibles avanzados y bioplásticos.
Las asociaciones ambientales se unieron a los huelguistas para condenar las propuestas del gigante petrolero y mantuvieron expuestas las pancartas, como La refinería de Grandpuits, Ecoblanqueo + perturbación social, Total está haciendo un trabajo sucio.
"Creo que el futuro es más para aquellos que luchan por mantener sus empleos y defender el planeta que para aquellos que solo piensan en sus ganancias", concluyó el secretario general de la CGT, Philippe Martínez.