El propio obispo de Cartagena (Murcia) admitió que se había vacunado en un centro asistencial para personas vulnerables que pertenece a la Diócesis de Cartagena, pero aseguró que "en ningún momento creyó estar actuando mal" y que jamás contempló "la posibilidad de que pudieran faltar vacunas".
El hecho se supo tras una denuncia anónima que recibió el PSOE de una trabajadora de una residencia para mayores. Según esa persona y, de acuerdo con lo que apunta el diario La Opinión de Murcia, a mediados de la primera semana de febrero, el obispo y varios sacerdotes, entre ellos el obispo auxiliar, el arzobispo emérito de Burgos, el canónigo de la catedral de Murcia y el secretario particular del obispo, llegaron a la residencia en varios coches y se hicieron vacunar sin que les correspondiera.
Jaime Pérez, portavoz técnico del Comité Covid de Murcia, explicó en una rueda de prensa que a través de un programa informático se introdujo al obispo en la lista del personal que debía ser vacunado.
El nombre de Lorca Planes no aparecía como obispo, sino como capellán del centro de atención social y, de esa manera, logró colarse dentro del grupo de trabajadores y residentes que debían ser vacunados.
Tanto la Consejería de Salud de Murcia como la Fiscalía de esta comunidad autónoma han abierto unas investigaciones para determinar si el obispo Lorca Planes y algunos de sus colaboradores cometieron algún delito al recibir la primera dosis de la vacuna sin formar parte de los grupos establecidos en los protocolos de vacunación.
Una vez reciba la documentación de las autoridades regionales, el Ministerio Público podría determinar si la vacunación del obispo constituye algún delito.