En una conversación telefónica el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, expresó a su par egipcio, Sameh Shoukry, su profunda preocupación por la posible compra de aviones de combate rusos Su-35S.
En marzo de 2019, el periódico ruso Kommersant afirmó que Moscú y El Cairo habían firmado un acuerdo sobre el suministro de los Su-35S al país árabe por valor de 2.000 millones de dólares. No obstante, el Servicio Federal para la Cooperación Técnico-Militar de Rusia negó esta información.
Posteriormente, EEUU presionó a Egipto para que se cancelase la compra y lo amenazó con adoptar sanciones. En noviembre de 2019 Moscú calificó de "conducta agresiva" las amenazas de Washington de sancionar a Egipto por la posible compra de dichos cazas. La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, denunció que Moscú observa y tiene pruebas de que "EEUU se esfuerza por obstaculizar el desarrollo de los lazos de Rusia con otros Estados".
El diputado egipcio Yahya Kadwani, a su vez, calificó de injerencia inaceptable las amenazas de EEUU. El político declaró que "Egipto es un país soberano que toma decisiones por su cuenta sobre los mecanismos de la cooperación técnica y militar con otros países".