"Estados Unidos se solidariza con el pueblo de Birmania, que sigue expresando con valentía sus aspiraciones de democracia, imperio de la ley y respeto de los derechos humanos. Mantendremos una estrecha coordinación con aliados y socios en la región del Indo-Pacífico y en todo el mundo para exigir cuentas a los responsables de la violencia y reforzar nuestro apoyo al pueblo de Birmania. Con ese fin, estamos preparando acciones adicionales para imponer mayores costos a los responsables de este último estallido de violencia y del reciente golpe", declaró Sullivan.
El consejero avanzó que estas medidas se darán a conocer "en los próximos días".
Sullivan ofreció su más sentido pésame a las familias de los manifestantes que perdieron la vida el 28 de febrero, durante la represión de las protestas pacíficas en varias ciudades de Birmania.
Al menos 18 personas murieron y 30 resultaron heridas durante las protestas del 28 de febrero en Birmania, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh). Para dispersar las manifestaciones, la policía utilizó armas de fuego, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras.
La Asociación de Asistencia a los Presos Políticos (AAPP), una ONG que se basa en Mae Sot (Tailandia) y en Rangún (Birmania), estima que del 1 al 28 de febrero fueron asesinadas unas 30 personas y que al menos 1.132 fueron detenidas, imputadas o condenadas tras el golpe militar del 1 de febrero.