Una fuente familiarizada con el asunto informó a Forbes de que los juristas de la compañía enviaron una carta oficial —el denominado letter before claim— en la que advirtieron a Telegram de que tiene un plazo de dos semanas para compensar a los inversores. En caso contrario, la fundación podría acudir a los tribunales.
Al mismo tiempo, ninguno de los propietarios de la fundación se pronunció al respecto.
En 2018, DEF —uno de los principales inversores de la plataforma— firmó un acuerdo con la empresa de Durov para la compra de tokens por una suma de 72,1 millones de dólares. Para esto, Telegram Group Inc. y su filial TON Issuer vendieron 2.900 millones de tokens por 1.700 millones de dólares.
25 de junio 2020, 18:11 GMT
En mayo de 2020, Durov se vio obligado a suspender el ambicioso proyecto, que también incluía la criptomoneda Gram y el sistema de identificación de usuarios Pasaporte de Telegram, entre otros servicios.
El emprendedor explicó que un tribunal de EEUU bloqueó TON y, de acuerdo con la decisión de los jueces, la criptomoneda no puede venderse en ningún país del mundo, pues los ciudadanos estadounidenses podrán acceder a la plataforma virtual incluso tras su suspensión en EEUU.
En febrero, Telegram sufrió falta de capital. La compañía tendrá de plazo hasta finales de abril para pagar a los inversores alrededor de 600 millones de dólares. Ahora, la empresa busca atraer 1.000 millones de dólares en bonos y encontrar nuevas formas de monetizar la app de mensajería para poder pagar la deuda.
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