Armenia se ha visto envuelta en una ola de protestas sin precedentes a causa de la firma de este acuerdo, que si bien puso fin a las hostilidades entre ambos países, implicó que las fuerzas armenias devuelvan a Azerbaiyán varios territorios que estaban bajo su poder desde principios de 1990.
El 1 de marzo, los opositores que exigían la renuncia del primer ministro asaltaron la sede de varios ministerios de Gobierno, así iniciaron otro día de protestas antigubernamentales.
El 25 de febrero, el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Armenia se sumó a la petición de renuncia de los opositores, inmediatamente el primer ministro armenio denunció un intento de golpe de Estado militar y llamó a sus partidarios a salir en defensa del Gobierno legítimo.