Según explica Mikka, a pesar de que el motor parece ser muy pequeño, desarrolla un empuje de unos 32 kg, mientras que el propio kart pesa unos 20. Además, al quitarle el motor a gasolina que llevaba y la cadena que lo conectaba al eje, este vehículo presenta una resistencia de rodaje mínima a la hora de moverse.
Mikka lo ha demostrado al dar varias vueltas en un aparcamiento de un centro comercial. Tenía instalado un navegador de GPS para medir la velocidad que logró alcanzar, pero optó por dejar esta información para otro de sus vídeos.
8 de febrero 2021, 01:27 GMT
Un aspecto interesante que destacó a la hora de conducir su kart a reacción es que, a diferencia de uno normal, frena con mucha más fuerza. Ello se debe a que no usa el motor ordinario, que suele presentar una cierta inercia que sigue accionando las ruedas incluso cuando no se pisa el pedal del gas.