"En medio de la caída de la producción de gas natural en Europa y el fin del uso del carbón, puede crecer la necesidad de importar gas natural a medio y corto plazo, una demanda que, según el Gobierno, podría ser cubierta por el gasoducto Nord Stream 2", indicó el documento al que Sputnik tuvo acceso.
La tubería, señala el escrito, conectará los yacimientos de gas de la península de Yamal, en Rusia, con Europa.
El gasoducto que construyen los países europeos para elevar su seguridad energética ha estado en la mira de Estados Unidos desde el comienzo de su construcción en 2018 en el mar Báltico. La infraestructura aumentará la oferta del gas ruso en 55.000 millones de metros cúbicos anuales, algo que va en contra de los planes de los norteamericanos que buscan compradores para el gas natural licuado (GNL) de sus yacimientos de esquisto.
La Administración del anterior presidente estadounidense Donald Trump aprobó varios paquetes de sanciones para impedir el proyecto afectando a empresas de Alemania, Austria, Francia, Países Bajos y Rusia.
El actual mandatario estadounidense Joe Biden, de hecho, ha seguido la política de Trump y el 23 de febrero avaló más sanciones contra la infraestructura para obstaculizar su finalización.
El Gobierno de Angela Merkel, en su respuesta a la interpelación parlamentaria, confirmó que mantuvo negociaciones con altos cargos estadounidenses sobre las sanciones y las amenazas al gasoducto, aunque se negó a informar de los detalles alegando que son confidenciales.
Aseguró también que contactó con sus socios de la Unión Europea para abordar las restricciones extraterritoriales de Washington.
El tendido submarino del gasoducto se reanudó el 11 de diciembre de 2020 tras estar paralizado un año debido a las amenazas de la Casa Blanca a la empresa suiza Allseas. De los 1.230 kilómetros de la tubería falta construir menos de 160 kilómetros.