"Hay confianza en la conducción económica, tranquilidad política y un elemento muy importante de cohesión de país", dijo Acosta en la revista matutina Detalles del Momento del Canal Seis (estatal) de la televisión abierta.
2 de marzo 2021, 11:53 GMT
El titular de Hacienda refirió las señales positivas que dejan ver los principales indicadores macroeconómicos durante enero y febrero de 2021, básicos para realizar cualquier tipo de proyección.
"Las reservas monetarias internacionales alcanzaron más de 3.340 millones de dólares al cierre de febrero, que las coloca por encima de lo registrado en marzo de 2018 [el mes anterior al intento de golpe de estado suave] cuando las reservas brutas alcanzaron los 2.800 millones", precisó el principal ejecutivo del gabinete económico.
Una inflación controlada (2,93% al finalizar 2020), la estabilidad en el deslizamiento de la moneda (fijado por el Banco Central en dos puntos porcentuales anualmente) y el crecimiento de los depósitos bancarios, constituyen otros factores positivos en el desempeño económico de Nicaragua, que luego de tres años de decrecimiento planifica un incremento del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,5%.
Acosta agregó que la deuda externa figura entre las más bajas de la región, al permanecer en un rango del 50-60% del PIB.
La economía de Nicaragua cayó en 3,8% en 2018, 3,5 al año siguiente y 1,4 en 2020, marcado por la pandemia global.
El período 2007-2017 el Gobierno del Frente Sandinista logró un crecimiento sostenido cercano al 5% anual como promedio.
Acerca de las perspectivas de la economía nicaragüense de no haber ocurrido el intento golpista de 2018, Acosta apuntó que PIB sería de 18.000 millones de dólares, 5.000 millones por encima del real en la actualidad.
"El PIB per cápita estaría entre 900 y 1.000 dólares más, es decir que al ciudadano común le arrebataron esa cifra", concluyó el ministro de Hacienda.