En las maniobras, llevadas a cabo en las aguas de la península de Kamchatka, en el extremo oriente de Rusia, los militares dispararon con dos armas subacuáticas de fabricación rusa: la pistola SPP-1 y el fusil de asalto APS.
Durante el entrenamiento, los nadadores de combate también examinaron la parte submarina de embarcaciones y atracaderos, una maniobra realizada para detectar la posible presencia de minas y artefactos explosivos. Además, practicaron el combate submarino con armas blancas.