"Rusia jamás ha tolerado las injerencias en sus asuntos internos, ni lo ha hecho ella misma, y se opone categóricamente a que eso ocurra", declaró Peskov a la prensa.
El funcionario contestó así a la pregunta de si el Kremlin estaba de acuerdo con las afirmaciones del asesor del Ministerio de Defensa Andréi Ilnitski de que Rusia es blanco de una "guerra mental" dirigida a "destruir la autoconsciencia de la sociedad".
"Apreciamos los intercambios culturales, los intercambios a nivel de sociedad civil, etcétera, pero no en forma de imposición de aquellos valores (...) que se consideran ilegales en nuestro país", explicó Peskov, aunque sin precisar a qué valores en concreto se refería.
El portavoz del Kremlin también apuntó a una "política enfocada en contener y reprimir a Rusia" que es "persistente y visible a simple vista".
"Estamos ante lo que se suele llamar 'poder blando', que se plantea objetivos poco convencionales y demoledores", enfatizó.
En una reciente reunión con la cúpula del Servicio Federal de Seguridad, el presidente Vladímir Putin denunció una campaña contra Rusia para socavar sus valores.
Según el mandatario, Rusia se enfrenta a una política agresiva y obstinada que busca arruinar el desarrollo del país y provocar problemas en sus fronteras. El objetivo de tales acciones, alertó, es "debilitar a Rusia y someterla al control externo".
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