El estudio científico ha demostrado que los pulpos experimentan dos etapas de sueño, una activa y otra tranquila, al igual que los humanos. Esto dejó sorprendidos a los científicos, pues la evolución de los seres humanos y los pulpos está separada por más de 500 millones de años.
"No hemos compartido un ancestro con un pulpo desde que éramos solo células individuales en el océano. Es increíble, si esto se mantiene", señaló Marcos Frank, un neurocientífico de la Universidad Estatal de Washington que no participó del estudio.
El estudio publicado por Science consistió en la observación del comportamiento durante el sueño de cuatro pulpos de la especie Octopus insularis, donde los científicos pudieron notar que durante el sueño tranquilo la piel de los pulpos estaba pálida y sus pupilas se hicieron tan estrechas que se convirtieron en una hendidura. Mientras que durante el sueño activo, su piel se volvió más oscura y rígida, los ojos se movían y se podían ver contracciones musculares.
Los investigadores pudieron identificar que el sueño activo, que normalmente duraba unos 40 segundos, por lo general se producía después de un sueño prolongado y tranquilo, así se repetía un ciclo cada 30 a 40 minutos.
Estas dos etapas de sueño son similares a las que experimentan los mamíferos y es probable que esté presente en aves y reptiles, aunque para confirmar esta similitud se deben realizar estudios mucho más profundos ya que los pulpos y los mamíferos tienen una arquitectura cerebral muy diferente. Los científicos son conscientes de que no será nada fácil porque sus poderosos tentáculos capaces de abrir frascos pueden impedir un estudio neurológico más cercano.