La idea era destacar los miles de muertos por la pandemia de coronavirus y la violencia relacionada con los cárteles, representando "la ciudad muerta".
Carlos Mayorga llegó a un puente internacional entre la ciudad fronteriza del norte y El Paso, Texas, dentro de un ataúd transportado por un coche fúnebre. Unos hombres que llevaban equipos de protección personal (EPP) sacaron el féretro dorado del coche fúnebre y lo colocaron sobre una mesa.
Mayorga salió de un ataúd y procedió a atacar a los políticos por su indiferencia ante la delincuencia y la crisis del coronavirus.
"Representando a una ciudad muerta, ocupamos un verdadero despertar", dijo.
El antiguo presentador de televisión, se levantó de entre los muertos con ayuda de uno de sus enterradores y comenzó a dar su discurso.
"Soy Carlos Mayorga, y soy uno de los un millón 500 de habitantes de Ciudad Juárez, Chihuahua, México, que ha permanecido muerto por la indiferencia de los políticos, que no les interesa ayudar a los que los llevaron a la silla de gobierno", declaró el candidato.
Además, explicó que había decidido comenzar su campaña de esta manera para mandar un mensaje a los políticos que han guardado silencio ante el crimen organizado la crisis generada por el COVID, añadió.
Mayorga agregó que si resulta electo y no cumple con sus promesas de campaña debería ser "enterrado vivo".
Ciudad Juárez, ubicada en el norte de México, lleva años asolada por altos niveles de violencia. Entre 2008 y 2012 fue considerada la ciudad más peligrosa del mundo. La ciudad fronteriza también se ha visto muy afectada por la pandemia de coronavirus, registra casi 30.000 casos confirmados y más de 2.800 muertes.
La campaña para las elecciones intermedias del 6 de junio ha traído consigo una ola de violencia política que se ha cobrado las vidas de 16 candidatos.