La financiación, parte del Plan de Rescate Estadounidense, ampliará las vacunas, las pruebas y el tratamiento contra el coronavirus, aumentará los servicios de salud preventiva para los indígenas estadounidenses y los nativos de Alaska con mayor riesgo de contraer la enfermedad y ampliará la capacidad de los hospitales y las clínicas de salud para servir a sus comunidades durante la pandemia y más adelante, según el texto.
El paquete incluirá 600 millones de dólares para aumentar las vacunas contra el coronavirus en las regiones de los pueblos nativos, 1.000 millones para detectar y diagnosticar infecciones y para acrecentar el suministro de equipos de protección personal, según el comunicado.
El plan también canalizará 2.000 millones de dólares a los sistemas de salud tribales debido a la pérdida de reembolsos por atención durante la pandemia, 84 millones para ayudar a las organizaciones indígenas urbanas, 140 millones para servicios de tecnología de la información y telemedicina y 500 millones para apoyar los servicios generales de atención médica.
Los indígenas estadounidenses y los nativos de Alaska tienen 3,5 veces más probabilidades de contraer COVID-19 que la población blanca no hispana de EEUU y han tenido la tasa de hospitalización más alta de cualquier grupo racial o étnico, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades —CDC, por su sigla en inglés—.
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