Precisamente estos combates fueron simulados por las tripulaciones de los interceptores MiG-31BM de la Flota del Pacífico, que realizaron prácticas en este ámbito, lo cual incluyó la ejecución de maniobras con grandes ángulos de ataque y el empleo de armamento de alcance corto.
En las imágenes compartidas por el ministerio de Defensa ruso se puede apreciar que las aeronaves fueron equipadas con los misiles R-73, que se emplean en combates a cortas distancias y se guían por rayos infrarrojos. A diferencia de los R-33 y R-37, que tienen un alcance de 300 y 280 kilómetros, respectivamente, el misil R-73 tiene un radio de combate de tan solo 40 kilómetros.