De acuerdo con Rostec, el diseño de los aviones depende de las fuerzas armadas en las que sirven. Así, por ejemplo, los fuselajes de los cazas de la aviación naval de la Armada de Rusia están pintados en un color gris oscuro profundo que dificulta su localización visual sobre la superficie del agua.
"Hoy con estos colores lucen los cazabombarderos Su-30SM de la Armada rusa y el MiG-29K embarcado, que forman la base del grupo aéreo Almirante de la Flota de la Unión Soviética Kuznetsov", señala Rostec.
El esquema de camuflaje para los cazas de las Fuerzas Aeroespaciales, a su vez, consta de tres tonos de azul y se aplica a los cazas multipropósito Su-35S, cazabombarderos Su-30SM, Su-34 y entrenadores Yak-130.
"El propósito de este camuflaje es complicar la búsqueda visual de aviones contra el cielo en el combate aéreo cercano", explica la corporación.
El tercer esquema es deformante, y hace difícil determinar la distancia hasta la aeronave y apuntarla con el cañón.
"En estos colores, se pueden ver los primeros prototipos del Su-57 y Su-35S. A diferencia de los camuflajes, el color deformante no oculta al caza, sino que debido al uso de formas geométricas multicolores hace que sea difícil determinar la distancia hasta la aeronave y apuntarla con el cañón", destacan los representantes de la empresa.
El esquema de pintura más de moda es el pixelado. Su rasgo característico es el falso contorno que se aplica con pintura gris oscuro sobre la base de color gris claro. El falso contorno repite la silueta del avión, pero debido a su menor tamaño y al contorno de píxeles, confunde al enemigo y dificulta apuntarlo.
Hasta ahora el camuflaje de los píxeles solo lo han recibido los últimos cazas Su-57.
Los aviones especializados en ataques terrestres, como es el caso de los Su-25, se pintan en colores que se asemejan más a la superfície terrestre. Es el caso del verde y el marrón. Este camuflaje es el óptimo para estas aeronaves, puesto que suelen ejecutar sus misiones volando a bajas altitudes.