El peor accidente registrado en un tren subterráneo ocurrió el 28 de octubre de 1995, cuando estalló un incendio en una estación de Bakú, y la formación quedó atrapado entre dos terminales, 292 personas murieron y 168 sufrieron heridas.
El 18 de febrero de 2003, un fuego provocado por un hombre que intentaba suicidarse en Daegu, Corea del Norte, destruyó dos trenes del metro, matando a 198 pasajeros e hiriendo a 147.
En la oriental ciudad española de Valencia, un tren que viajaba al doble de la velocidad establecida se descarriló el 3 de julio de 2006, con saldo de 43 muertos y 39 heridos.
Ciudad de México también fue escenario de otro gran accidente el 20 de octubre de 1975, cuando dos trenes del metro chocaron frontalmente, y 23 personas murieron y 55 resultaron lesionadas.