Esta nueva protesta fue convocada por activistas que pertenecen a diferentes grupos de ambientalistas franceses que consideran que la nueva ley climática de Macron no es suficiente para realizar un cambio a la situación climática actual.
Los activistas consideran que esta nueva ley es menos ambiciosa a los nuevos objetivos adoptados a nivel de la Unión Europea en diciembre de 2020, en la cual se contempla reducir al menos un 55% en las emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2030.