"Rusia no tiene nada que ver con esos ni los anteriores ciberataques, las acusaciones contra nosotros son absolutamente inaceptables", dijo Peskov.
Lamentó que EEUU renuncie a cooperar con Rusia en la lucha contra los ataques informáticos.
"Creemos que la colaboración, tanto internacional como bilateral, ayudaría realmente en la lucha común contra ese mal, contra los ciberdelitos", añadió Peskov.
El 7 de mayo la compañía Colonial Pipeline sufrió un ataque cibernético que le obligó a suspender los suministros de combustible como medida de precaución. La interrupción del suministro afectó a los estados del este y sur, entre ellos Nueva York, Virginia, Florida, Arkansas, Texas, Misisipi y otros.
El 10 de mayo el Buró Federal de Investigaciones (FBI) responsabilizó del ataque al grupo de piratas DarkSide, asociado a Rusia en medios estadounidenses.
A su vez, el presidente de EEUU, Joe Biden, declaró que los hackers podrían estar en el territorio ruso pero admitió que por el momento la inteligencia no tiene evidencias de que Rusia esté implicada.
Washington responsabiliza a Rusia de un ciberataque a la empresa SolarWinds perpetrado en diciembre de 2020 con el fin de acceder a los datos de inteligencia estadounidense.
Moscú rechaza todas las acusaciones de ciberataques y las califica de infundadas.