Si bien esta particularidad puede ser un indicador independiente al momento de calcular la esperanza de vida, la cardióloga considera que esto "no refleja la teoría de salvar los latidos del corazón, sino que es una característica del sistema parasimpático, autonómico y nervioso, que tiene un cierto efecto protector".
En una entrevista con el medio ruso KP explicó que un ritmo cardíaco lento en la juventud se considera una ventaja e indica que el sistema nervioso parasimpático está funcionando bien.
Una frecuencia cardíaca de 48-52 latidos por minuto es común entre quienes son activos. Mientras que para una persona mayor, este número de latidos no será suficiente, el paciente tendrá que tomar medicamentos anti arrítmicos y puede necesitar un marcapasos.
Golujova calificó de disparate la teoría de que cada persona está predestinada a un determinado número de latidos.