"Todos pueden bailar nuestras danzas y lucir nuestras prendas, pero les pedimos que mencionen que son bolivianas", dijo la ministra de Culturas, Sabina Orellana, al abrir el festejo, que definió como primer paso de una campaña de defensa del patrimonio cultural boliviano.
La demostración, que duró casi tres horas en la Plaza Murillo, frente a los palacios de Gobierno y del Congreso, fue convocada por Orellana en respuesta a una reciente resolución del Gobierno de Perú que declaró patrimonio nacional a esas danzas.
Patrimonio
Orellana remarcó que el origen boliviano de la morenada, los caporales y otras danzas andinas fue reconocido hace dos décadas por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que las declaró "Obra maestra del patrimonio oral e intangible de la humanidad" como parte del Carnaval de Oruro.
"Los pueblos no tenemos fronteras, compartimos, hablamos, dialogamos, pero nunca nos apropiamos de lo que no es nuestro", sentenció la ministra.
La morenada, según expertos bolivianos, representa la marcha cansina de esclavos afroamericanos rumbo a la explotación de las minas de plata durante la colonización española entre los siglos XVI y XIX, en tanto que los caporales, baile muy popular entre los jóvenes urbanos, combina ritmos altiplánicos y africanos.
Éstas y otras danzas nacionales fueron popularizadas en las últimas décadas por grupos bolivianos de bailarines y bandas de música en norte de Chile y el sur de Perú, en este último caso en la región de Puno, próxima al lago Titicaca.
La ministra anunció la conformación de un Comité Nacional de Salvaguardia de las Danzas Bolivianas, al que convocó a asociaciones de grupos folclóricos, artesanos, investigadores y empresarios del turismo.
Ese comité tomará contacto con la Unesco y otras instancias internacionales para defender la identidad boliviana de las danzas, "sin perjuicio de su difusión en todo el mundo", afirmó.
Finalmente, dijo que en las próximas semanas se realizarán demostraciones de danzas folclóricas bolivianas en una treintena de ciudades del extranjero.