"El desfile infunde miedo y pánico en los enemigos de nuestra patria, que pretenden desechar todo lo que fue logrado y acordado con el apoyo internacional… Nuestros dedos están en el gatillo y, sin pensar mucho, entraremos de nuevo en combate", dijo el mariscal.
Haftar también destacó que el ENL "podría volver a desatar la guerra" en caso de que "pongan obstáculos al acuerdo internacional y a las elecciones".
"Hemos dedicado muchos años al apoyo y a los llamamientos a una solución política… Atendimos al llamado del mundo entero y dimos la última oportunidad para una solución pacífica", señaló Haftar.
Según subrayó el comandante del ENL, una solución justa y pacífica requiere de la retirada de tropas y mercenarios extranjeros y la disolución de los grupos armados.
El Foro de Diálogo Político Libio, celebrado en Ginebra bajo los auspicios de la ONU, eligió a principios de febrero al Gobierno de transición que trabajará hasta las elecciones libias del 24 de diciembre de 2021.
Actualmente en el país hay una dualidad de poderes: el Gobierno interino junto con el Parlamento en Tobruk, que controla la parte oriental y cuenta con el apoyo del Ejército Nacional Libio comandado por el mariscal Jalifa Haftar, y el Gobierno de Acuerdo Nacional, avalado por la ONU y liderado por Fayez al Sarraj, con sede en Trípoli, en el noroeste del país.
El Gobierno de Acuerdo Nacional goza del apoyo por parte de Turquía y Catar, mientras que el Ejército Nacional Libio es apoyado por Egipto y los Emiratos Árabes Unidos.