El pasado 21 de mayo, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, en una cumbre celebrada en Washington, acordaron eliminar las restricciones al emplazamiento de misiles con alcance de más de 800 kilómetros capaces de alcanzar el territorio de China, lo que se enmarca en la estrategia de la Casa Blanca para contener a Pekín.
"Es un claro recordatorio de la política hostil de Estados Unidos", señala el texto.
Añade que se está extendiendo en la comunidad internacional una opinión "desagradable" de que el levantamiento de las restricciones permitirá a Corea del Sur desarrollar lo más pronto posible un misil balístico intercontinental, un misil balístico submarino e incluso un misil hipersónico.
Se afirma que EEUU, al levantar las restricciones, busca intensificar la carrera armamentista en la península de Corea y territorios adyacentes e impedir el desarrollo de Corea del Norte.
"Estados Unidos insiste en que nuestras medidas de autodefensa violan la 'resolución' de la ONU, y les da a sus seguidores el derecho de desarrollar misiles sin restricciones", sostiene el artículo.
La comunidad internacional, indica, debe prestar atención a provocaciones de Estados Unidos.