"Es una decisión que respetamos y que se produce en un contexto de pandemia en la que hay que extremar la máxima seguridad", manifestaron desde el Ministerio argumentando además que el esquema es similar al del año 2020.
Según esta medida, los trabajadores marroquíes en Europa solo podrán usar un puerto italiano (Génova) y dos franceses (Marsella y Sete) para viajar a su país por vía marítima y quedan de esta forma excluidos los siete puertos españoles, mucho más próximos a Marruecos, que asumían hasta el año 2019 este importante flujo de viajeros.
La decisión del Ministerio de Exteriores marroquí, anunciada en la noche del 6 de junio y atribuida por Rabat a razones sanitarias, es unilateral y se produce en un contexto de crisis diplomática entre ambos países.
La escalada tiene su origen en la acogida en España por razones humanitarias del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para tratarse una infección por coronavirus en estado grave.
Su organización lucha por la autodeterminación del Sáhara Occidental, una antigua colonia española, que Marruecos considera suya y sobre la que Naciones Unidas dictaminó que corresponde realizar un referéndum de autodeterminación como parte del proceso de descolonización, irresuelto desde el año 1975.
En la última Operación Paso del Estrecho, la de 2019, según datos del Ministerio del Interior español, se movieron entre España y Marruecos 3.340.045 pasajeros y 760.215 vehículos tanto en las fases de salida como en las de retorno, entre el 15 de junio y el 15 de septiembre.
La ausencia por segundo verano consecutivo del tránsito de los emigrantes marroquíes por la península ibérica, fundamentalmente desde centroeuropa, causará además pérdidas económicas para distintos sectores de la economía española.
El principal, el de las navieras que cruzan desde la península al norte de África, pero también las gasolineras y los bares de carretera de la península.