Grande-Marlaska reclamó, en la línea con la posición tradicional española, una política "basada en la cooperación con los países de origen y tránsito de la migración para prevenir las salidas y evitar la pérdida de vidas", dijo en la reunión del Consejo de Justicia y Asuntos de Interior (conocido por las siglas JAI), que no se reunía presencialmente desde marzo de 2020.
En esta línea, acordaron llevar este enfoque exterior al debate sobre política migratoria que tendrá lugar en el próximo Consejo Europeo, de los días 24 y 25 de junio.
Estas declaraciones cobran especial valor cuando España soportó en los últimos meses fuertes oleadas de inmigrantes, en noviembre en Canarias y a mediados de mayo en el enclave de Ceuta, como consecuencia de la crisis en sus relaciones con Marruecos.
Asimismo y en referencia a la reciente implantación del certificado COVID digital de la Unión Europea, el ministro español se mostró partidario de potenciar el uso de nuevas tecnologías "para garantizar la seguridad interior sin reintroducir controles temporales", según explicó.