Este extremo solo sería posible con la vacuna monodosis de Janssen o con una sola dosis de otra marca, en el caso de los once que ya han pasado la enfermedad.
De no llevarse a cabo de esta forma la vacunación, los dirigentes federativos españoles renunciarían a una inmunización que tendría que ser en dos fases por temor a los efectos secundarios de la segunda dosis que sería administrada en el transcurso del campeonato.
La decisión, según esta información, se adoptó después de varias consultas técnicas en el seno de la RFEF y fue trasladada al Ministerio de Sanidad, que aún no se pronunció.
En la jornada anterior, el Ministerio de Sanidad anunció la excepción en el plan nacional de vacunación por la cual, al igual que hizo con los olímpicos que irán a Tokio, vacunaría a los futbolistas que representarán al país a partir del 7 de junio en la Eurocopa con la vacuna de Pfizer, de doble dosis.
La medida llegó tras el resultado positivo el 6 de junio del mediocentro del FC Barcelona y capitán de la selección, Sergio Busquets, al que se sumó dos días después el del defensa central Diego Llorente, que en dos pruebas posteriores dio negativo.
El seleccionador español, Luis Enrique Martínez, organizó esta semana un plan de emergencia que consiste en una "burbuja paralela" de 17 jugadores sin COVID-19 y aislados que entrenan aparte y están a su disposición, en caso de que haya más bajas hasta el 14 de junio, que es cuando tendría que entregar una lista definitiva de futbolistas a la organización del torneo.