Se trata en realidad de toneladas de pelusa de álamo que se desprenden estos días de sus ramas coincidiendo con su floración. Su abundancia en las calles se puede convertir en un verdadero dolor de cabeza para las personas, ya que la pelusa se infiltra en los hogares y tapa los filtros de aire de los automóviles.
Una de las maneras más fáciles y comunes de deshacerse de esta plaga es quemar los túmulos que se forman. No obstante, las autoridades advierten sobre los posibles incendios que esta práctica puede provocar. Así, un edificio fue parcialmente dañado por la quema de pelusas en la ciudad de Barnaul, mientras los bomberos de la ciudad de Cheliábinsk acudieron a más de 90 quemas solo el 14 de junio.