"Le resulta terriblemente difícil. Estos momentos tienen el potencial de resucitar viejas heridas, y le traen recuerdos felices, tristes y lamentables", declaró la fuente a The Sunday Times.
Carlos estuvo casado con Diana durante 15 años hasta que su matrimonio terminó en un agrio divorcio un año antes de su trágica muerte.
Además para esos días está planeado un viaje de Carlos a Escocia, lo que supone que no habrá ninguna reunión entre los tres.
Los dos hijos de Carlos y Diana, el príncipe William y el príncipe Harry, estarán presentes en la ceremonia. Se espera que dejen a un lado las tensiones para conmemorar el que habría sido el 60 cumpleaños de su difunta madre.
Los planes para la ceremonia de inauguración se han reducido drásticamente debido a la pandemia, con la asistencia de solo un puñado de invitados: los propios príncipes y los familiares de los Spencer.
Todavía no se sabe si la duquesa de Cambridge se unirá a su marido para el evento público, aunque sí lo acompañará junto a sus hijos antes de la inauguración oficial. Harry también tendrá su momento privado con la estatua.
La ceremonia tendrá lugar el 1 de julio, el día de cumpleaños de Diana. Se eligió el jardín hundido del palacio de Kensington como lugar ideal, ya que era uno de los lugares de reflexión favoritos de la princesa cuando vivía allí. El escultor de la estatua, Ian Rank-Broadley, es conocido por su representación de la reina Isabel II que aparece en todas las monedas del Reino Unido y la Mancomunidad de Naciones desde 1998.