"He ratificado que el señor Rajoy tenía un interés personal en este tema porque era un problema de Estado, entiendo que era lógico", afirmó Villarejo en declaraciones a la prensa a su salida de la Audiencia Nacional de Madrid.
El excomisario también aseguró ante el magistrado Manuel García Castellón que mantenía informado al entonces presidente a través de mensajes de texto.
Villarejo compareció ante la Audiencia para explicar sus presuntos contactos con Rajoy y la exsecretaria general del PP María Dolores de Cospedal en el marco de la operación parapolicial conocida como Kitchen.
El juez investiga si en la trama, dedicada a sustraer información al extesorero del partido Luis Bárcenas, estuvieron implicados altos cargos del Gobierno como el presidente, Cospedal —que fue ministra de Defensa— y dirigentes de Interior, incluyendo al exministro Jorge Fernández Díaz.
Villarejo explicó, entre otras cosas, que se reunía personalmente con la exsecretaria del PP en el marco de su "trabajo de inteligencia", que consistía en "conseguir y captar información sobre todo lo que tuviera interés".
Cospedal confirmó estas reuniones en una reciente comparecencia como imputada en el caso junto a su marido, aunque negó haber hecho encargos al excomisario.
También vinculó a la entonces vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, que "estaba informada al igual que el presidente" como "responsable máxima del CNI", el Centro Nacional de Inteligencia de España.
Según la investigación, los máximos dirigentes del PP iniciaron la Operación Kitchen en 2013 para extraer de su extesorero cualquier información que pudiera comprometer al partido en relación a sus cuentas.
Villarejo fue el encargado de convencer al chófer de Bárcenas para colaborar con el espionaje, que insiste que era conocido por Rajoy y la cúpula de su Gobierno.