"No tenemos nada que ver con ninguna incitación a las protestas, más aún, protestas violentas, ni en Sudáfrica ni en cualquier otro país del mundo", afirmó Lavrov a la prensa.
Las protestas en Sudáfrica estallaron tras la encarcelación del expresidente Jacob Zuma. En los disturbios fallecieron más de 100 personas.
Zuma, de 79 años, empezó a cumplir la condena la semana pasada. La Corte Suprema de Sudáfrica rechazó el 9 de julio su petición de anular la sentencia que lo declara culpable de desacato y lo condenó a 15 meses de prisión.
El expresidente incumplió la prescripción del Tribunal Constitucional de comparecer entre el 15 y el 19 de febrero para hacer declaraciones ante la comisión que investiga el caso de "la Captura del Estado".
Durante su carrera política, el exmandatario fue blanco de múltiples escándalos por sus declaraciones, la poligamia y, ante todo, por las acusaciones de corrupción.