Según comunicaron al medio los familiares del artista, Westergaard padecía una larga enfermedad y murió mientras dormía.
En 2005, Westergaard pintó al profeta Mahoma con un turbante en forma de bomba. Las caricaturas, que provocaron una ola de descontento en la comunidad islámica, fueron publicadas en septiembre del mismo año en el periódico danés Jyllands Posten y luego difundidas por otros medios europeos.
Tras el hecho, en distintos países musulmanes se registraron ataques contra embajadas de Dinamarca. Varios actos terroristas fueron frustrados en el propio país europeo. También hubo intentos de atentar contra la vida del artista.
28 de octubre 2020, 16:00 GMT
Los últimos años Westergaard se vio obligado a vivir bajo protección policial, así como se mantuvo en secreto la dirección de su domicilio.