"Gracias a que hay un sentimiento de amor a los semejantes y de solidaridad de todos para con todos, somos fuertes", aseguró en 1960 el líder revolucionario cubano Fidel Castro (1926-2016), una máxima que la isla ha mantenido en estos 60 años, y que ahora es retribuida cuando Cuba lo necesita.
La crisis económica cubana ha estado marcada durante los últimos meses por un desabastecimiento sostenido, provocado por la falta de liquidez financiera a consecuencia, entre otras razones, por la paralización del mercado turístico, principal fuente de ingresos del país, como resultado de la pandemia del COVID-19, y la constante persecución que EEUU lleva a cabo de las operaciones comerciales de Cuba, intentando frustrar la entrada de suministros a la isla.
Esta situación ha puesto en grave situación los abastos de productos de primera necesidad al verse severamente limitada la importación de alimentos, ante la baja producción de estos en el país, lo que ha generado un malestar en la población a pesar de los esfuerzos gubernamentales por mantener asegurada al menos, la canasta básica alimentaria.
Como consecuencia de estos malestares, La Habana y varias localidades de la isla se vieron sacudidas el pasado 11 de julio por protestas y disturbios que se caracterizaron por asaltos y saqueos a mercados.
Ayuda internacional
Las protestas, en opinión del Gobierno cubano, fueron aprovechadas por EEUU y un sector radical de la emigración cubana residente en ese país, para echar a andar una operación desestabilizadora dirigida a subvertir el orden interno en Cuba y, como propósito, derrocar a las autoridades vigentes.
Amparados en la crisis económica y la falta de alimentos e insumos en la isla, el exilio cubano de Miami, en el sur de EEUU, reclamó a la Casa Blanca una intervención "humanitaria" en Cuba, sin medir la consecuencias de ese hecho.
Rusia
En respuesta a la crisis cubana, y sin intervenciones militares como las exigidas por los cubanos de Miami, Rusia dio el primer paso y el pasado 25 de julio, dos aviones de carga AN-124 aterrizaron en la Habana con casi 89 toneladas de alimentos e implementos para enfrentar la pandemia de COVID-19.
En las dos aeronaves rusas, que aterrizaron con una diferencia de 20 minutos una de la otra, llegó a la isla una carga compuesta por harina de trigo, un millón de mascarillas faciales desechables, latas de conservas cárnicas, y aceite de girasol refinado empaquetado en botellas plásticas.
A su vez, el embajador de Rusia en Cuba, Andréi Guskov, aseguró que se trabaja en coordinación con la parte cubana para conocer las necesidades específicas de medicamentos, uno de los renglones más afectados en este momento en la isla, y confirmó que en los próximos días se recibirán otros envíos desde Moscú con los medicamentos más necesarios para el pueblo cubano.
México
Desde México, el presidente de ese país, Andrés Manuel López Obrador anunció el pasado 26 de julio que se enviarían dos barcos con ayuda humanitaria a Cuba.
"Desde la heroica Veracruz (noreste mexicano), que tiene tanta relación histórica con La Habana y con Cuba, van a salir dos barcos de la Armada de México con oxígeno y alimentos, medicinas", aseguró López Obrador.
"Ahora que hay una situación difícil de salud en Cuba, en vez de bloquear, todos deberíamos de ayudar; no es concebible que en estos tiempos se quiera castigar a un país independiente con un bloqueo", subrayó el mandatario mexicano, refiriéndose a las políticas de hostigamiento que EEUU impone a la isla caribeña.
También aprovechó para hacer un llamado a todos los países del mundo a que esa manifestación que se expresa anualmente en la Asamblea General de la ONU, votando en contra del bloqueo estadounidense, "se convierta ahora –dijo- en hechos y que se ayude al pueblo de Cuba".
La ayuda humanitaria enviada desde México incluye insumos médicos, jeringuillas, tanques de oxígeno, y mascarillas, además de leche en polvo, frijoles, harina de trigo, latas de atún y aceite comestible.
Bolivia
A este esfuerzo solidario se incorporó el Gobierno de Bolivia, que enviará a La Habana un avión con 16,5 toneladas de alimentos, 2,5 toneladas de jeringuillas desechables, y una tonelada de insumos de bioseguridad.
"Aprendimos de Cuba que la solidaridad es compartir lo poco que se tiene con quienes más lo necesitan", afirmó el presidente de Bolivia, Luis Arce.
"Nuestro país —agregó el mandatario boliviano— se ha beneficiado de la solidaridad cubana con brigadas médicas que han llegado a los hogares bolivianos con atención profesional, con miles de cirugías oculares mediante la Operación Milagro y con alfabetización. Gracias Cuba por la solidaridad e internacionalismo".
Nicaragua
El Gobierno de Nicaragua también anunció el envío de un barco con alimentos para Cuba a fin de ayudar a encarar los estragos de la pandemia de COVID-19.
"Estamos preparando el barco Augusto César Sandino, que llevará a La Habana nuestra solidaridad con alimentos nicaragüenses, para contribuir en estos momentos de pandemia", expresó el presidente nicaragüense Daniel Ortega.
"Aquí estamos y así estamos —añadió Ortega—, siempre juntos, siempre iluminados por la esperanza, el trabajo y la valentía que nos caracteriza, creando, a pecho descubierto, los nuevos tiempos para la paz y el desarrollo".
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) un mecanismo intergubernamental de ámbito regional creado en 2010, que promueve la integración y desarrollo de los países latinoamericanos y caribeños, y lo integran 33 países del área, también contribuyó con un lote de 800.000 jeringuillas que se emplearán en la campaña de vacunación contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
ONG y grupos solidarios
A esta campaña de ayuda a Cuba se han incorporado también Organizaciones No Gubernamentales, grupos de solidaridad y movimientos populares en EEUU, Europa. América Latina y otros lugares del mundo, que se han ocupado de recaudar fondos para la compra de jeringuillas y otros insumos médicos necesarios para enfrentar la pandemia en la isla, fracturando de esa manera los muros que impone EEUU, a pesar del reclamo mundial por el fin del bloqueo.