El nuevo módulo se acopló a la Estación Espacial Internacional (EEI) el 29 de julio. El cosmonauta ruso Oleg Novitski, que trabaja en la EEI, informó poco después a los especialistas del Centro de Control de Vuelo que los motores de Nauka arrancaron de forma imprevista. Más tarde se logró apagar los propulsores del módulo.
"[Se trata de] factor humano en cierto sentido; es decir, hubo tanta euforia [después del acoplamiento exitoso de Nauka a la EEI], la gente en cierto sentido se relajó. Quizás algún operador no tomó en cuenta que el sistema de control del propio módulo continuaría controlándose a sí mismo en el espacio. Y esto (...) causó la activación de los motores", dijo Rogozin a la emisora de radio Komsomolskaya Pravda.
Reveló también que el valor del módulo del laboratorio Nauka se estima en 18.000 millones de rublos (245.934.000 dólares).
De acuerdo con las negociaciones de la tripulación de la EEI con la Tierra, trasmitidas por la NASA, comenzó la operación para eliminar restos de combustible del módulo Nauka.
El laboratorio espacial Nauka es el primer módulo en atracar al segmento ruso de la EEI en los últimos 11 años, es decir desde 2010, cuando Rusia envió a la plataforma orbital el módulo de investigación Rassvet.
El nuevo módulo salió al espacio ultraterrestre el 21 de julio a bordo del carguero Proton-M, su vuelo a la EEI duró ocho días.