Normalmente, para una camioneta decente, esta profundidad ronda un metro si no se realizan modificaciones especiales en el vehículo. Sin embargo, el dueño de este antiguo Range Rover ha decidido redefinir el concepto de la profundidad de vadeo al cruzar un río por el fondo, dejando al auto completamente sumergido en el agua.
Tal y como se puede ver en el video, el dueño del auto lo ha dotado de un snorkel improvisado, aunque no queda claro cómo pudo aislar todos los componentes eléctricos del coche. Sin embargo, al hombre se le olvidó instalar un periscopio, y a medio camino se tuvo que asomar para ver si seguía yendo hacia la orilla opuesta.
Las impresionantes imágenes se volvieron virales en las redes sociales, donde en cuestión de días han recopilado más de 100.000 reproducciones.