"Nos damos cuenta de que no solo los servicios de inteligencia bielorrusos, sino también los de otros países pueden interesarse por la señora Tsimanouskaya, como se interesan por otras personas que se vieron obligadas a abandonar Bielorrusia por diferentes motivos políticos", dijo Przydacz a la cadena de televisión TVN.
El viceministro de Exteriores polaco destacó que la ruta de la atleta bielorrusa, que llegó de Tokio a Varsovia con una escala en Viena, se elaboró tras el análisis de todos los posibles riesgos relacionados con el viaje y tras consultas con las "instituciones estatales responsables de la seguridad".
El Comité Olímpico de Bielorrusia anunció el 1 de agosto que Tsimanouskaya se retiraba de los Juegos de Tokio "debido a su estado psicoemocional". La noticia llegó después de que la velocista, que tenía previsto participar en las pruebas de 100 y 200 metros lisos, criticara en las redes sociales a los responsables de la selección bielorrusa por haberla escogido como sustituta de compañeras suspendidas en los relevos 4х400 metros.
Según la opositora Fundación Bielorrusa para la Solidaridad Deportiva, Tsimanouskaya fue llevada al aeropuerto de Tokio, donde pidió ayuda a la policía japonesa, alegando ser forzada a salir de Tokio hacia Minsk. En declaraciones a la prensa internacional, la atleta dijo que tenía previsto pedir asilo a algún país europeo. También solicitó la intervención del Comité Olímpico Internacional.
El miércoles, la atleta bielorrusia se trasladó de Tokio a Varsovia, gracias al visado humanitario concedido por Polonia.
3 de agosto 2021, 12:46 GMT