Varios helicópteros de combate Mi-24 de las Fuerzas Aéreas de Rusia y Tayikistán, volando en carrusel, simularon un continuo apoyo de fuego a la ofensiva de unidades terrestres, machacando con misiles aire-tierra S-8 los puestos de mando, sistemas y vías de comunicaciones dentro del área ocupada por el enemigo potencial, comunicó la oficina de prensa del Distrito Militar Central (DMC) de Rusia.
"Durante el ataque aéreo, las tripulaciones de helicópteros destruyeron más de 100 objetivos terrestres", precisó el ente.
Al bombardeo le siguió un operativo táctico de desembarco desde helicópteros Mi-8, para eliminar las últimas bolsas de resistencia sobre el terreno, y un entrenamiento para evadir la defensa aérea sobrevolando un relieve montañoso a altitudes muy bajas.
Otro elemento del simulacro consistió en detonar minas antitanque y proyectiles guiados, dispuestos en forma de ajedrez, para contener con una cortina de fuego el avance de combatientes armados que se habrían adentrado en camionetas desde el otro lado de la frontera.
En el ejercicio, que comenzó el 5 de agosto, participan más de 2.500 militares de tres países y unas 500 piezas de material bélico. Rusia está representada por 1.800 efectivos y 420 unidades de equipamiento militar, principalmente, los grupos de artillería, blindados, reconocimiento e infantería motorizada que se emplazan en la base 201, en Tayikistán. Por parte del DMC se han implicado también los grupos de operaciones especiales, guerra electrónica y protección nuclear, química y biológica.
Según la Cancillería rusa, el entrenamiento será un recordatorio de que Rusia y sus socios en Asia Central disponen de fuerzas conjuntas para garantizar la seguridad en medio de una escalada de hostilidades en Afganistán.