Y es que no solo los seres humanos pueden jactarse de ser los mejores en ciertas disciplinas; en la sabana africana todos los días son como una jornada olímpica.
Lucha libre entre varanos, fútbol de elefantes, surf de garza real sobre hipopótamo, maratón de hormigas, esgrima de elefantes, gimnasia de leopardos, carrera de velocidad entre guepardo y leopardo y hasta karate de jirafas, las olimpiadas en el parque nacional Kruger de Sudáfrica prometen suspenso y adrenalina, incluso más que las de Tokio.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Estos juegos olímpicos a veces se ven empañados por el poco espíritu deportivo que tienen los competidores.
Conductas antideportivas están a la orden del día. El respeto por el contrincante se pierde cuando el ganador decide que la victoria no es suficiente y busca aniquilar a su rival. Así, el perdedor puede convertirse en la cena de otro.