En un decreto firmado por el presidente Jair Bolsonaro se ordena reducir el consumo de energía "entre un 10% y un 20% entre septiembre de 2021 y abril de 2022".
La medida afecta a órganos de la administración pública federal, autarquías y fundaciones, pero según el Gobierno no afecta a las empresas estatales.
Brasil vive la peor sequía en 91 años y los embalses de la región sureste y centro-oeste, que son los responsables del 70% de energía que se genera en el país, están al 23% de su capacidad.