"El ataúd de diez metros simboliza la muerte que representan el Ministerio de Justicia, la Presidencia y el Congreso Nacional", informó la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), que divulgó el acto de protesta en sus redes sociales.
Cientos de indígenas cantando cánticos de la etnia Xukuru cargaron con el ataúd por las calles de Brasilia hasta prenderle fuego justo delante del Palacio del Planalto, cuyo esquema de seguridad fue reforzado.
Estos días se celebra en Brasilia el campamento Tierra Libre, que cuenta con más de 6.000 indígenas y es la mayor movilización de los pueblos nativos de Brasil desde la redemocratización del país.
La acampada, acompañada de protestas diarias, se da como medida de presión al Tribunal Supremo Federal, que estos días juzga la constitucionalidad del "marco temporal", una tesis que obliga a los indígenas a comprobar que estaban ocupando sus tierras antes de 1988 (cuando se aprobó la Constitución) para que el Estado las demarque oficialmente como tierra indígena.
La votación de los jueces, considerada histórica porque definirá el futuro de los procesos de demarcación, debería haberse celebrado esta semana, pero fue aplazada al 1 de septiembre.