"En Ecuador, solo cuatro de cada 10 hogares con niños o niñas menores de cinco años han tenido acceso a servicios de primera infancia durante la pandemia, incluida la educación preprimaria", la Directora Regional para América Latina y el Caribe, Jean Gough.
Según Gough, que cumplió una misión de campo de cinco días en Ecuador, la mayoría de esos niños recibieron los servicios de forma remota o mediante visitas domiciliarias periódicas.
La funcionaria visitó proyectos en las ciudades norteñas de Quito, Cayambe, Otavalo y Tulcán y se reunió con autoridades gubernamentales y locales, así como con líderes de comunidades indígenas y socios implementadores.
"Hablé con los cuidadores, las madres y los niños y niñas. Pude ver lo importante que era para ellos jugar e interactuar entre ellos, especialmente en tiempos de confinamiento", dijo Gough.
Durante la pandemia, el cierre de los servicios de desarrollo de primera infancia limitaron el acceso de muchos niños pequeños a los programas de alimentación complementaria.
De acuerdo con los datos de la Encuesta sobre el Bienestar de los Hogares ante la Pandemia del COVID-19 en Ecuador (Encovid-EC), en este país sudamericano solo el 50% de los hogares con niños menores de cinco años que asisten a programas públicos de desarrollo infantil recibieron comidas complementarias.
Las medidas para frenar la expansión de la pandemia también afectaron la vacunación infantil: el 14% de los hogares con niños menores de cinco años se retrasaron en sus esquemas de vacuna de rutina.
Las madres también se vieron afectadas por los cierres pues en tres de cada cuatro hogares las mujeres cuidan exclusivamente a sus hijos y la carga del cuidado para las mujeres es aún mayor en los grupos de menores ingresos.
Esta realidad obstaculiza su propio acceso a oportunidades laborales y al ascenso, lo que les genera más desafíos, así como la disminución de sus ingresos.
La representante de la Unicef destacó que asegurar que más niños ecuatorianos reciban atención, nutrición y oportunidades de aprendizaje a una edad temprana será un paso decisivo hacia un Ecuador más próspero y saludable después del COVID-19, por lo que pidió al gobierno ecuatoriano invertir en servicios de desarrollo de la primera infancia.